Hay un maltrato astuto e imperceptible que a veces se confunde, de cara al exterior, con estabilidad de pareja y que, lejos de la realidad, encierra un maltrato psicológico que anula y somete a quien lo padece. Estadísticamente las mujeres suelen ser quienes más lo sufren.
Cuando una mujer vive este tipo de maltrato, se ve privada de todas, o de la mayoría, de estas situaciones: de libertad para poder comprarse lo que le apetezca, de poder tomar decisiones importantes, de vestirse como quiera, de salir con sus amigas, de pasar tiempo con sus familiares, de saber el dinero que hay en el banco o de elegir en lo que gastarlo más allá de las cosas del hogar, de tener privacidad en su móvil o en sus redes sociales, etc. A cada decisión que tome “sin permiso” de la persona maltratadora le seguirá una pelea, discusión, ridiculización, etc. o con lo cual poco a poco se va minando la libertad y la capacidad de actuación.
Es una forma de vida que anula casi por completo la voluntad de decisión de la víctima, lo que le hace aceptar la realidad y conformarse con la situación para no hacer sufrir a los hijos, a los padres, por el miedo al “qué dirán”, por la falta de independencia económica, etc. La persona se instala en lo que en psicología se llama la “Indefensión aprendida”: pensar que uno no se puede defender porque no sirve para nada, no ve salidas posibles.
Es una situación más imperceptible que la violencia física, no deja huellas en el cuerpo, es más difícil de denunciar. Solo deja heridas en el alma…ni más ni menos.
PERFIL DE LA VÍCTIMA
Las víctimas se caracterizan por ser personas buenas, comprensivas, generosas, inseguras y con falta de autoestima que perdonan porque aman o admiran, e incluso, consideran que no les pueden dejar solos porque ellas son las únicas que les entienden.
Ante los ojos de los demás son sospechosas de cómplices por aguantar y consentir.
A veces, suelen confundir esta anulación con amor, cuando en realidad es puro egoísmo y posesión… y así se aprende a vivir… y en esa situación se instalan muchas mujeres creando una dependencia emocional de su pareja llegando incluso a sentir una especie de “ Síndrome de Estocolmo” que puede tener como consecuencia una relación de afectividad con quien le priva de libertad.
Otras, sim embargo, son mucho más conscientes del daño psicológico que sufren y aunque sea tarde deciden romper: “50 años he aguantado”- que me diría una-.
PERFIL DEL MALTRATADOR
El perfil de este tipo de maltratador es el de una persona insegura, altiva, egocéntrica y narcisista.
Su objetivo es el dominio personal, psicológico y social de su víctima.
Son individuos que se sienten profundamente inferiores aunque no den esa impresión ya que, ante los demás, se muestran arrogantes, grandilocuentes y se sienten en posesión de la verdad.
Esconden sentimientos de remordimiento y rabia enmascarados. Posiblemente hayan vivido en un hogar donde su padre trataba así a su madre y su conducta es aprendida.
De cara al exterior aparecen como personas sociables, aceptables, con valores éticos, etc. pero detrás se esconde una personalidad complicada, con rasgos de dureza y enrevesada.
SI ERES VÍCTIMA DE MALTRATO PSICOLÓGICO
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