Nadie puede asegurarnos una vida favorable constante, éxito en todo, ni salud siempre.
Ante la pregunta de algunos padres de hijos especiales: ”¿Y por qué a mí?” La respuesta es sencilla: “Le puede tocar a cualquiera”, “Nos puede pasar a todos”.
Cuando vemos por la calle a alguien con unas capacidades diferentes, no debemos sentirnos inmunes, creer que esto no va con nosotros. Incluso naciendo perfectamente sano hay situaciones en la vida (accidente de tráfico, enfermedad, hecho traumático, consumo de drogas, etc.) que pueden generar un daño físico o mental, y hacer que cualquiera pase a formar parte de un colectivo dependiente o con otras necesidades.
Tratar con amabilidad y respeto a quienes no gozan de salud o tienen algunas capacidades limitadas, además de ser un síntoma de educación y de bondad, es siempre una oportunidad para pensar que nos puede pasar a todos.
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